Esta nueva visión de impulso económico está compuesta por un capital dimensionado en el Económico y Financiero, Humano, Social e Institucional y el Natural, es por ello la importancia de la interrelación del sector empresarial con el entorno que lo rodea, buscando una planificación estratégica abierta a una adopción de información distribuida para tomar en cuenta todos los elementos que incluso no se encuentran vinculados directamente a la organización tal como lo menciona Ernesto Blanco Martínez en una de sus publicaciones en Debates IESA que comenta acerca de la planificación. Ahora bien la focalización del artículo por la Profesora María Alejandra Villasmil se basa en redireccionar la plataforma que debería llevar la educación para la generación de un capital humano más capaz.
El individuo a mayor conocimiento o capacitación mayores oportunidades se abren ya sea para ingresar al sistema laboral condicionado a la prestación del talento humano a empresas e instituciones como es el caso de Venezuela donde el estado proporciona más del 50% de los empleos, o para generar productividad mediante sus iniciativas para crear y ser emprendedor, en este sentido se habla de la expansión y diversificación de las plazas propulsoras del crecimiento y desarrollo. Si se unifica este anclaje cognitivo esencial al sector productivo de la región en la que opera, se le da el denominativo “regiones que aprenden” o “regiones Inteligentes”, ya que aquel territorio que posea masa trabajadora más cualificada tendrá mayor oportunidad de alcanzar un desarrollo económico sostenido. La redirección se basa entonces en esencia a que dicha capacitación debe ser acentuada a lo que realmente se necesita en la región, cual es el sector más productivo o fuerte de acuerdo con los recursos disponibles en el territorio cercano para su explotación y una utilización inteligente de los mismos, es bueno mencionar que allí es importante el juego de la eficacia, hacer uso de la cantidad mínima de recursos para cumplir las metas y objetivos en el tiempo planificado, la universidad es de vital importancia para el cumplimiento de este reto pese a que la educación y la productividad son engranajes estratégicos que se exigen mutuamente.
El Estado es protagonista evidente en la actividad económica de nuestro país, por tanto sus regulaciones deben ser sometidas a evaluación para contribuir al crecimiento y motivación del sector privado ya que allí entra “el emprendedor”, así como ubicar cada una de las estrategias en dirección a la “productividad en red”, entre las mencionadas como esenciales por María Villasmil para una sociedad común son “Realizar asesorías con respecto al diagnóstico de las necesidades de educación y formación acordes con las tecnologías y la red física de la región; Desarrollar propuestas integradas, cuyos aspectos a ser considerados involucren a todos los sectores que interactúan de manera directa o indirecta con el mercado de trabajo; y para impulsar la generación de empleo, crear redes de cooperación que produzcan encadenamientos a fin de estimular los vínculos entre los sectores líderes y los sectores complementarios; esto a través de la competitividad y mejoras en infraestructura, tecnologías, y otros.”